miércoles, 26 de febrero de 2014

GC

 
Resulta paradójico: lo único permanente en los ejércitos es el cambio.
Hasta uno más de los recientes cambios en la organización castrense de España cada ejército se dividía en armas y cuerpos. Las Armas se definían por su carácter de combate, los cuerpos por su condición de apoyo a la fuerza. Así, el ejército de tierra contaba con las armas de artillería, infantería y caballería; y los cuerpos de ingenieros, intendencia y guardia civil.
En consecuencia la Guardia Civil no era un arma sino un cuerpo, es decir su misión fundamental no requería del combate. Y sin embargo, sus misiones más a menudo de lo deseable concluían en el uso de la fuerza armada.
Dando de alguna forma continuidad a las entradas sobre las armerías del copríncipe eclesiástico de Andorra, hoy quiero atraer su atención improbable lector, hacia el asunto del sujeto que se proclamó a sí mismo en 1934, rey de Andorra.
El asunto ya ha sido tratado en otros blogs hermanos. Un súbdito del zar de Rusia no sólo se tituló rey de Andorra, sino que logró que las cortes de aquel exiguo país lo reconocieran como tal.
La cuestión concluyó, como no podía ser de otra forma, con el recurso al cuerpo que no tiene entre sus funciones el combate sino el apoyo a las unidades de combate: la Guardia Civil. 
El entonces copríncipe episcopal telefoneó al cuartelillo de Urgel exponiendo el atropello de sus derechos seculares y el sargento jefe del puesto, acompañado de cuatro guardias, acudió al palacio real de Andorra. Asiendo al rey por el cuello de la chaqueta fue detenido sin más explicaciones y conducido a Urgel, donde quedó encerrado en prisión.
Y es que la Guardia Civil, el instituto en el que buscamos ejemplo todos los militares, no conoce otros miramientos que el cumplimiento del deber. Si hay que detener a un supuesto rey se le detiene y punto.
Aprovecho esta entrada para añadir una sabrosa anécdota. Es sabido que el tricornio que gasta la Guardia Civil es motivo de especial incomprensión en el extranjero. Habiendo hace tres días  conmemorado el veintitrés efe, relataba un periodista que en un diario sueco se incluyó al día siguiente la noticia sobre el suceso explicando que había sido asaltado el palacio de las cortes de Madrid por parte de un perturbado que vestía un sombrero de torero. 
El emblema de la Guardia Civil, como ya se expuso en el blog de heráldica, recoge dos elementos fundamentales. El haz de líctores, que simboliza el imperio de la ley; y la espada, que hace referencia al uso de la fuerza. El conjunto significa que se recurrirá al combate para asegurar el orden.