miércoles, 27 de noviembre de 2013

RELOJES

Me explicaba recientemente el señor de Sabiote, en el reino del Maestrazgo, que su afición por los relojes era concomitante con la heráldica. Aparte de no entender la expresión concomitancia, le expuse que no alcanzaba a comprender qué poseían en común ambas cosas. Por su puesto, su argumento fue contundente. Y cierto, claro. Lo que tienen en común, me explicó, es la observación de los detalles en el todo, y del todo en los detalles.
No lo entendí, no tengo inteligencia para tanto. Pero curioseando en la red he hallado, y es al lugar al que pretendía hoy atraer su atención, improbable lector, un reloj que, desde luego, aúna ambas aficiones: