lunes, 30 de diciembre de 2013

ADOPCIÓN LIBRE Y SOBERANA DE ARMERÍAS


Quiero, en dos líneas, responder a una de las cuestiones que plantea el recado electrónico del marqués de Pomar, en el reino del Maestrazgo, don Jesús María Méndez Garnica, que se exponía en este tedioso blog recientemente, cuyas armas son las que siguen: 
Para lograrlo, dado que mi ciencia es escasa, recurriré al más insigne maestro de nuestra ciencia heroica, don Faustino Menéndez-Pidal y de Navascués. En su obra El escudo de España, (en el entorno de la página treinta por si lo quiere, y es que además debe, consultar, improbable elector) abunda en detalles, cotejados a través de la consulta de los más variados incunables, en una faceta olvidada.  
En estos reinos que hoy se llaman España el nacimiento de la heráldica efectivamente se materializó sobre los escudos que portaban los caballeros, los encargados de la dirección de la guerra contra el moro. Pero en pocos años la moda superó el estricto entorno bélico para ser adoptada por la sociedad al completo. 
Ahondando en el asunto, al igual que en lo que hoy se considera el área heráldica clásica, norte del reino de Francia y el reino de Inglaterra, se utilizó la palabra “armas” para designar cualquier manifestación del fenómeno heráldico, toda vez que efectivamente eran los guerreros los que portaban armerías, en estos reinos se prefirió la voz “señal”, que se mantuvo vigente durante quinientos años. 
Y se denominó señal porque efectivamente servía para identificar, para señalar, no solo al caballero, sino a cualquier individuo. En nuestros reinos, el valor ornamental de las expresiones heráldicas, reconocido por la colectividad, se manifestó a través de los objetos más variados que quedaron adornados para la posteridad con las señales de sus poseedores. 
Pretendo con lo expuesto dar respuesta a don Jesúsmari. Él propone que las armas sean hoy únicamente recibidas desde una autoridad superior como premio y recuerdo de un distinguido servicio. 
Pero esa circunstancia rompe con la secular tradición española que ha permitido perennemente la adopción de armerías por parte de cualquier sujeto con la sola condición de no asumir otras ya existentes.
Las imágenes que acompañan esta entrada representan las armas que han adoptado recientemente insignes caballeros de la comunidad heráldica.